Siguen las ampliaciones hacia el oeste: tras pasar el pueblo de Roth y llegar al otro extremo del valle de Temail, se encuentra la cordillera del Mor-Khâine, con sus altos y afilados picos que recortan el horizonte formando una gran cicatriz sobre el valle, recorriéndolo de norte a sur. Siguiendo los caminos de paso entre las montañas, el viajero podrá encontrar Del-Khâine, la Fortaleza del Khâine, un pequeño pueblo que ha crecido alrededor del bastión militar que protege el paso entre los picos. Con sus altas murallas cubriendo el paso de un extremo a otro, y protegida por los Caballeros Celestes y la Guardia Escarlata, este bastión es prácticamente inexpugnable. Más allá del paso, ahora cerrado, el camino vuelve a descender desde las montañas hasta alcanzar las suaves colinas de Mullingar, rodeadas por el antiguo bosque de Umroth, que se extiende como un gran manto verde hasta donde llega la vista.